Publicado: 5 de Mayo de 2016
La prevención del "bullying" empieza por los padres.
Si
en un hogar prima la violencia, la falta de comunicación y de
respeto, es muy seguro que ahí se esté criando a un niño agresor o
a una víctima de “bullying”.
El
“bullying” o acoso escolar
es el abuso repetido, en el caso de la escuela, de un niño hacia
otro más vulnerable . Se trata de un
maltato constante que puede ser verbal, psicológica y física, que
se puede dar también vía internet, en redes sociales
(ciberbullying);
y además, tiene
tres componentes básicos: el acosador, la víctima y el entorno.
El
niño acosador, tiene múltiples características, pero resaltan su
agresividad e impulsividad.
Son personas que buscan atención y amor, carencias que vienen desde
casa, donde tienen
como ejemplo a una madre o padre violentos, y esa es la razón que
los lleva a ser agresivos con sus compañeros.
Además, en muchos casos tienen una idea distorsionada de liderazgo,
que los hace ganar un falso respeto de su entorno mediante el
miedo.
Las
víctimas de bullying, son personas que carecen de habilidades
sociales. “No defienden sus opiniones ni derechos personales, no
tienen capacidad de decir lo que piensan y dejan que decidan por
ellos;
de autoestima baja y posiblemente inmersos en una familia
autoritaria.
Otro factor muy importante es el ambiente en que se desarrolla la agresión. En un colegio, son los compañeros quienes componen el entorno de la víctima y acosador, ellos pueden denunciar o hasta festejar este tipo de violencia. Muchas veces el silencio de los espectadores ante el “bullying”, fomenta generar más violencia.
Los padres deben estar pendientes de las conductas de sus hijos, la comunicación es fundamental para reconocer si un escolar es víctima o acosador. Pero para evitar que este tipo de situaciones continúen, es importante que los progenitores refuercen la autoestima de sus hijos, y eso se logra mediante el afecto y reconocimiento de las conductas positivas de los escolares.
Hay una tendencia a culpar al “niño malo” que causa el bullying como si esta tendencia fuera congénita, sin fijarnos que las raíces de ello podría tener en las actitudes de los propios padres. Por ejemplo, si los padres se focalizan solamente en cultivar la autoestima, felicidad y logros de sus propios hijos, ignorando las necesidades que tienen los otros niños, ayudarán poco a sus hijos a asumir responsabilidades y dar la cara por las necesidades de los demás.
La
denuncia es importante para terminar con el “bullying” en los
colegios. Los profesores también cumplen un rol importante en este
fenómeno social, pero son
los padres, quienes tienen en sus manos formar un niño seguro, o
todo lo contrario.
¿
Y qué hacer si tu hijo sufre acoso escolar? Si
tu hijo sufre acoso escolar habla
con él, y comprométete a ayudarlo a resolver este problema. Los
padres siempre
deben creer en el relato de su hijo y apoyarlo.
No deben quitar importancia al asunto, ni culpar a la víctima.
Todavía hoy el principal problema de los niños acosados es que no
les creen, o trivializan lo que cuentan y sofocan el relato del niño.
Esto es muy grave porque el hogar es el único lugar donde el niño
puede contarlo, pero a veces los padres sufren o les genera angustia
y no quieren saber, y lo despachan con un 'Pues pégales tú más
fuerte'".